Horas queda tirado en el piso. Sus escoltas que no han podido detenerlo van hacia él. La prensa.
--¡¡el hijo de la Presidenta ¡¡¡han atropellado al hijo de la Presidenta¡¡
Zack ha quedado aturdido. Mira a Horas que parece muerto. A Zack se le pasa la borrachera. Se levanta.
--¡¡Horas, Horas¡
Aunque se tambalea un poco va hacia Horas. Empuja a los escoltas que lo están protegiendo.
--¡¡dejenme pasar¡¡
La presencia de Zack aún entusiasma más a la prensa que no deja de hacer fotos. Zack de rodillas se acerca a Horas que no tiene conocimiento. Se oye una ambulancia. Zack le acaricia la cabeza:
--Horas, dime algo... dime algo.
Los periodistas tratan de acercarse a ellos pero los escolta de Horas no se lo permiten. Horas abre los ojos y sonríe al ver a Zack que lo mira con cariño.
--hola --le dice Horas enamorado.
Zack está entre emocionado e incrédulo:
--me vas salvado la vida.
--no es para tanto.
Enseguida lo apartan los escoltas, mientras suben a Horas en una camilla Zack dice:
--¡yo voy con él¡
Los escoltan le barran el paso:
--¡¡usted váyase a dormir la borrachera¡¡
Zack quiere ir con Horas y Horas quiere que Zack vaya con él.
--¡quiero que venga él¡
Pero los escoltas no dejan que se acerquen. En medio de un gran despliegue de medios de seguridad y periodistas Horas es introducido en la ambulancia. Zack trata de meterse a la fuerza pero los escoltas lo sujetan.
--¡¡tengo que ir yo, me ha salvado la vida¡ --suplica Zack.
Pero no le dejan.
--¡¡estese quieto, no complique aún más las cosas. Si le ocurre algo al hijo de la Presidenta estará metido en un buen lío.
A Zack no le importa las advertencias de los escoltas, el de Horas ha sido un gran gesto de amor que borra todo lo anterior.
--¡¡Horas, Horas¡
Pese a que está algo débil, Horas ya está consciente y se da perfecta cuenta de lo que ocurre.
--¡¡Yo quiero que Zack venga conmigo¡
Pero no le hacen caso. Zack trata de subir a la fuerza. Horas lo llama con angustia:
--¡¡Zack, Zack¡
Horas estira la mano, Zack también. Tratan de acariciarse.
--Te amo Zack, pese a todo te amo.
Zack escucha emocionado la confesión de Horas:
--yo también te amo.
Se cierran las puertas. Horas está feliz, deseoso de ver a Zack. Éste se golpea la cabeza con la ambulancia.
--¡¡maldita sea¡
Se lleva las manos a la cabeza mientras la ambulancia seguida por un gran despliegue policial desaparece por las calles de la ciudad. A Zack le hubiera gustado ir con Horas. Los periodistas lo acosan a preguntas.
--¿¿qué ha ocurrido?¿siguen siendo amantes?¿van a vivir juntos?
Zack se va abriendo paso a golpes, así logra llegar a su casa. Se da una rápida ducha y se cambia de ropa. Se afeita. Está muy ansioso. Piensa en el Horas que conoció semanas atrás, el que lo miraba con esa devoción, el que se moría por él, el que lo idolatraba de la misma manera en la que ahora le ha salvado la vida. Está muy emocionado:
--le fallé, le fallé.
Se un puñetazo a la pared.
--¡¡no te volverá a fallar, no te volveré a fallar¡¡
Zack sale a su casa de prisa. Tiene periodistas en la puerta, en el auto.
--¿qué va a hacer?¿va a vivir un romance con el hijo de la Presidenta?... ¿cree que les darán permiso?¿cree que la Presidenta saldrá reelegida con un hijo gay y con amante?
Zack no contesta a ninguna pregunta, va dando empujones.
--por favor, Zack, dinos algo.
Cuando está ya apunto de entrar una reportera se le pone en medio:
--¿que se siente al haber desvirgado al Hijo de la Presidenta? ¿que opinan su esposa e hija de que usted sea gay y mentiroso?
Zack fulmina con la mirada a la reportera. La agarra de los brazos. Por unos segundos piensan que la va a golpear y la reportera está encantada porqué sería todo un notición. Zack se va a toda prisa.
Mientras en la Casa Presidencial, la Presidenta está trabajando en su despacho. Su Jefe de Gabinete entra a toda prisa.
--Horas está en el hospital, lo han atropellado.
La Presidenta se sofoca:
--¿¿y está muy mal?
--NO lo sé. Sólo sé que su accidente fue por culpa de ese hombre, de Macdonald.
La Presidenta da un golpe en la mesa con furia:
--¡maldito hombre, debí acabar con él¡
La Presidenta se va a toda prisa:
--¿en qué hospital está?
--yo tengo la dirección, tranquila señora.
La Presidenta se acerca a su madre:
--¡salgo para el hospital¡
La anciana se sofoca:
--ave maría purísima ¿y cómo está?
La Presidenta besa a su madre:
--¡¡no lo sé --dice angustiada-- luego te llamo. Cuida a la niña¡
La Presidenta se va a toda prisa. La anciana empieza a rezar.
Nada más llegar al hospital, Zack está ya en la puerta pero no lo dejan entrar. La Presidenta lo abofetea:
--¡¡salga de la vida de mi hijo¡¡
--Señora, yo...
La Presidenta no lo deja seguir:
--¡¡desaparezca o le irá mal¡
La Presidenta entra, Zack trata de seguirlo pero los escoltas no se lo impiden. Se queda muy angustiado. Horas está sentado en una camilla. Sólo tiene una venda en el pecho, alguna magulladoras. La Presidenta se acerca a él, lo besa.
--mi amor, que susto.
--¡¡estoy bien, mamá. Estoy bien¡¡
Mientras su madre lo ayuda a bajarse, éste dice:
--¿no has visto a Zack?
La Presidenta mira molesta a su hijo:
--olvida ya a ese hombre, casi te mueres por él y ni se ha preocupado.
Horas se queda muy triste pero justo en la puerta, a los pies de la escalera, con el auto preparado está Zack. Espera a Horas con su mejor sonrisa. Horas va hacia él.
--¡¡No lo hagas¡ --le advierte la Presidenta.
Horas se para, se queda entre su madre que lo mira molesta y Zack que lo espera enamorado.
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