miércoles, 10 de junio de 2020

Capítulo 24



Horas y Zack están haciendo el amor. Es su segunda vez pero para ambos es diferente. Zack es cariñoso, se preocupa mucho de que Horas esté bien, de que sienta placer. Quiere borrar el amargo recuerdo de la primera vez. Ambos vibran el uno en brazos del otro.  Horas se siente protegido, amado. Recorre con sus manos el cuerpo de Zack, lo acaricia, lo chupa. Le muerde los pezones. Acaricia y lame los genitales de él. Zack sonríe, le gusta que Horas le haga cositas, que disfrute de su cuerpo. El placer es sublime para los dos. Sus caras es el reflejo de su amor y el gozo.

Por otro lado, la Presidenta y su madre están muy angustiadas.
--no debiste dejarlo ir. Está herido, a saber qué estará haciendo ahora --se queja la abuela.
Con cierta ironía, Kathy que está con ellas dice:
--creeme abuela, no te gustará saber lo que Horas debe estar haciendo.
La anciana se santigua.
--a lo que me refiero es que debería estar descansando.
La Presidenta se sienta en la butaca:
--mamá, a mí tampoco me hace gracia que se haya ido pero espero que ese hombre lo cuide bien, al fin y al cabo Horas quiso ir con él.
--¿¿y porqué no se lo impediste? --reprocha la anciana.
La Presidenta se vuelve a levantar. Se defiende:
--¡¡mamá, no me preguntó¡ ¡¡no puedo  obligarlo¡¡
Kathy trata de calmar a su abuela, a su madre:
--Horas se enamoró, que bueno que se animó a ser feliz.
--hija, no se trata de que Horas sea gay o no. Se trata de hacer las cosas bien. Y ni Jim ni Horas lo hicieron. Se puede amar a quien sea sin escándalo--se queja la Presidenta.
La abuela da un beso en la frente a su nieta:
--tú no me vas a dar disgustos. Tú te casarás con quien mejor te convenga de blanco y de velo y corona.
Kathy fuerza una sonrisa. El Jefe de Gabinete las interrumpe:
--¿necesita algo señora?
--No, ya se puede retirar.
Mientras el hombre se va, la Presidenta dice:
--hoy ha sido un día duro, mejor nos vamos a acostar...
--ni que lo digas --dice la abuela.
--si, es cierto --dice la nieta con una sonrisa pícara.
Abuela, madre y nieta se dan las buenas noches. Kathy se queda atrás, alguien le pone la mano en los ojos:
--hola, mi amor.
Kathy se aparta de su amante:
--¿¿qué quieres?
El Jefe de Gabinete se muestra amoroso:
--divertirnos.
Después de estar con Ronaldo, no le apetece estar con su amante:
--¿no que nos teniamos que dar un tiempo?
Al hombre le sorprende que por primera vez Kathy lo rechace:
--¿¿qué te ocurre??
--que esto se acabó.
Kathy se iba a ir pero él le agarra de la mano:
--¿¿¿es que tienes a otro?
Kathy lo mira amenazante:
--¿quieres que grite?
Él la suelta y ella se va. Se siente libre. El hombre se ha quedado furioso.

Por otro lado, Zack y Horas están felices el uno al lado del otro. Zack lo acaricia con cariño. Le acaricia el pecho vendando.
--¿te duele?
Horas lo mira muy enamorado y dice:
--me duele el amor que siento por ti. No puedo creer que todo esto sea cierto.
--¿eres feliz? --le pregunta Zack mirándolo fijamente.
--mucho ¿y tú?
--tambien pero me importa más que tú seas feliz--le dice con dulzura.
--¿porqué? --Horas tímido.
--me salvaste la vida.
Zack se muestra sonriente. Horas lo mira angustiado:
--No estarás haciendo esto solo por eso ¿no?
--¿y tú que crees? --dice Zack con una sonrisa enamorada.
--tengo miedo, tengo miedo que estés a mi lado por compasión.
Zack lo abraza con cariño y con una sonrisa seductora.
--¿crees que me enfrentaría a todos por compasión?
--No sé, espero que no.
Horas agacha la cabeza. Zack le acaricia la barbilla. Le levanta la mirada. Se miran a los ojos.
--dame la oportunidad de demostrarte que es cierto que te amo.
Zack le sonríe seductor. Le guiña un ojo y se besan apasionadamente.

La Presidenta está ya durmiendo. Recibe una llamada desde Europa.
--Jim ¿¿qué pasa?¿porqué lloras? ¿sabe que hora es?
Muy atormentado Jim dice:
--no soporto que Ignacio sea condenado. Me gusta, me gusta mucho. Fui yo quien lo provocó. Yo me quería acostar con él pero no me atrevía a confesarlo. No quiero que esté en la cárcel, no quiero.
Jim llora. La Presidenta no sabe qué hacer con la confesiòn de su hijo después de haber mandado a Ignacio a la cárcel.

Mientras, Horas y Zack gozan de la compañía el uno del otro. Horas está feliz. Es como siempre soñó. Hacer el amor con alguien a quien quisiera mucho y luego quedarse a su lado. Poder hablar. No se miran aunque se acarician las manos, juegan con sus dedos.
--¿te puedo hacer una pregunta?
--todas las que quieras --dice Zack sonriendo.
--¿eres bi?
Zack le sonríe, se da la vuelta y los dos se miran fijamente.
--No, me gustan los hombres, sólo los hombres.
Lo acaricia y matiza:
--me gustas tú, sólo tú.
Horas y Zack se miran muy enamorados.

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