--¿¿porqué lo hizo?¿¿porqué?
Se estremece al recordar el cuerpo de Zack desnudo, como se acariciaron, como se besaron. Se acaricia los labios:
--me besó. Me besó. Fue mi primer beso¡¡no me puede tratar así¡ ¡¡no puedes¡
Sale del cuarto. Se acerca al despacho de su madre.
--¿Necesitas algo? --le dice el Jefe de Gabinete.
Horas se pone nervioso:
--bueno la verdad... es que... ¿Zack está por aquí?
Al hombre le sorprende la familiaridad con la que trata al asesor de la Presidenta:
--¿el señor Macdonald?
Horas hace que sí con la cabeza.
--ya salió.
Horas sale corriendo. Al Jefe de Gabinete no le gusta nada esa reacción:
--menos mal que alejé a mi hijo de aquí. Espero que nadie se dé cuenta de esto. Menos mal que el señor Macdonald es casado y padre de familia, él lo llevará por el buen camino.
Zack está apunto de meterse en su auto. Horas sale corriendo de la Casa Presidencial chocándose con varios escoltas y otros políticos.
--¡¡Zack, espera¡¡
Zack se mete en el auto, Horas llega corriendo y agarra la puerta antes que el asesor se vaya.
--no puedes actuar como un loco. Eres el hijo de la Presidenta --le regaña Zack.
--¿¿porqué no me hablaste? ¡quedamos que seríamos amigos¡ --dice Horas muy triste y jadeante por la carrera.
--¡¡porqué estoy trabajando¡
--pero a Jim sí que le has saludado.
--¡¡no me vengas con una escena de celos, bonita¡ --dice Zack con cierto desprecio.
Horas se sorprende por la brusquedad de él. No entiende cómo después de haberlo besado ahora lo trata de una forma tan fría. Lo mira triste, suelta la puerta del auto. Entonces Zack la cierra y se va. Horas se queda triste. A Zack le ha dolido lastimarlo pero, aunque sabe que no es justo, en cierta manera lo culpa de que su hija esté en peligro. Golpea el volante con rabia.
--¡maldita sea. Maldita sea¡¡
Horas entra a la casa. La Presidenta sale de una reunión.
--¿todo bien, hijo?
--¡Ahora tienes tiempo para tus hijos? --le reprocha Zack.
Horas se encierra en su cuarto. Con la almohada sobre la cabeza. LLora. Su madre toca a la puerta.
--¡¡no quiero hablar contigo¡¡
La Presidenta abre con la llave maestra. Horas se molesta.
--¡¡¿¿es que en la Gran Casa Presidencial no puedo tener intimidad?¡
Horas mira a su madre muy dolido. Ésta le acaricia la cabeza:
--creí que entendías lo importante que esto es para mí.
Horas se levanta y se encierra en el baño. La Presidenta se queda preocupada. Cuando sale del cuarto se encuentra con Kathy.
--¿tú sabes qué le pasa a tu hermano?
--No le ha sentado nada bien el cambio pero se le pasará, ya lo verás.
La Presidenta da un beso a su hija y se retira. Kathy entra en la recámara de su hermano.
--¡¡pero es que no me podéis dejar en paz?¡
Kathy trata de animarlo:
--¡¡esto no es tan malo¡ ¡¡adivina quien conocerá a Ronaldo??
Kathy habla con emoción ya que es una gran fan de la estrella del Fútbol brasileña. Horas no le hace caso. No le contesta. Se sienta en la cama. No mira a su hermana. Para tratar de contagiarlo de su alegría:
--¡¡nosotros¡ ¡¡Va a venir con su equipo, lo vamos a conocer¡¡
Horas no está nada impresionado. Kathy se sienta a su lado:
--¿¿qué te pasa? Desde niño adorabas a Ronaldo, decías que era tu ídolo y que cuando fueras mayor harias lo que fuera por conocerlo ¡¡y ahora que lo vas a conocer... ¿¿te da igual??
Horas se levanta, mira a su hermana molesto y dice:
--¡¡que ya crecí¡¡
Horas sale de su cuarto. Kathy se queda frente a un gran poster que su hermano tiene de Ronaldo.
--la verdad es que estás muy guapo ¿¿cómo serás en persona??
Kathy se queda un buen rato mirando esa foto fascinada:
--seguro que eres todo un caballero y que me tratarías como una dama y no como ese imbécil. Lástima que eres casado.
Ella lo mira pícara y dice:
--pero él también lo era cuando comenzamos a estar juntos. Si no te importa a ti ¿porqué me va a importar a mí?
Mientras Kathy se queda mirando ese poster, Horas trata de salir de la casa sin escoltas. No le dejan.
--¡¡ya soy mayor de edad.¿¿es que no puedo dar una vuelta solo?
--el jardín es muy grande.
--¡¡pero quiero salir de la casa¡ ¡¡a estas horas no hay nadie¡
--nosotros lo seguimos.
Resignado Horas dice:
--¡hagan lo que se les pegue la gana¡
Y se va muy molesto seguido de sus escoltas habituales.
La que sí ha logrado huir de los escoltas que le ha puesto su padre es Samantha. Camina sola. De repente una furgoneta se atraviesa en su camino.
--hola guapa.
--¡¡vete a la mierda¡¡
Uno le abre la puerta:
--ven, vamos a echar un polvo.
--¡¡Si claro¡ --indignada.
De repente salen ocho chicos que la rodean:
--¡¡tres de los ocho van a echar un polvo contigo... ¿¿cuáles eliges?? Si no eliges es porque quieres con todos
Samantha trata de escapar del grupo pero no la dejan:
--perfecto... con los ocho.
Cuatro la sujetan mientras que otros la tocan, la desnudan.
--¡¡estate quieta, zorra... ya verás como te gustará¡
La golpean.
--¡¡no hagas dramas que vas a disfrutar tú más que nosotros, guarra¡
Samantha ve con horror como se bajan los pantalones mientras dicen riendo:
--esta puta no imaginaba lo bien que lo iba a pasar está noche.
Ella no se puede mover. No puede gritar todo son manos sujetándola, tapándole la boca. Tocándola lascivamente. Ella lucha y llora por dentro. Samantha logra morder la mano y gritar aunque solo un poco. Horas lo oye. Como sus escoltas se niegan a ir a ver qué ocurre va él lo que implica que lleva a toda su escolta detrás.
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